“Todo niño tiene derecho a recibir educación, a jugar y a gozar de igual oportunidad para crecer y desarrollarse.”
Al comenzar a trabajar en La Choza Chula” muchas preguntas e inquietudes invadieron mi cabeza. En primer lugar se encuentra la pregunta esencial que a todos los educadores nos moviliza: ¿Qué es educar? Y a partir de ella ¿para qué educamos?, a quienes educamos? y a través de qué medios lo hacemos?
Aquí reside el hecho que más me sorprendió al comenzar a trabajar en El Paredón. Esta hermosa aldea ubicada en la costa del pacífico no cuenta con demasiados recursos ni oportunidades. Sin ir más lejos, hasta el año pasado ni siquiera existía una escuela secundaria.
Al venir de una ciudad muy grande y desarrollada como lo es Buenos Aires y al haber trabajado siete años en un jardín al que concurren niños pertenecientes a un grupo social alto, con infinitos recursos y posibilidades, esto generó una gran impresión en mi.
Fue por eso que invadió mi espíritu un gran deseo de comenzar a trabajar por aquellos niños que no pueden acceder a una educación de primer nivel. Y en este maravilloso lugar, donde toda idea nueva es bienvenida, sentí que muchas cosas se podrían implementar.
Creo que se trata de guiar, conducir y orientar a los niños para que puedan convertirse en individuos con valores y conocimientos que les permitan vivir en sociedad. Pero sobre todas las cosas la educación es un derecho al cual todos -absolutamente todos- los niños deberían acceder. Y es que aquí, en esta excelente organización, descubrí ese afán y esa lucha constante por hacer cumplir esta premisa.
No estamos hablando de cualquier tipo de educación. Hablamos de que LCC busca brindarle a los miembros de esta comunidad una educación de calidad, con infinitos recursos y materiales acordes a la edad, a los intereses, a las capacidades de los niños, a las nuevas pedagogías y tendencias educativas y, específicamente, acordes a la sociedad y al entorno en el que ellos viven.
Hablamos de una aldea pequeña que cuenta con aproximadamente 1500 personas, de las cuales el 50% son niños y jóvenes que se encuentran en edad escolar. Por lo tanto, nuestra acción e impacto en las escuelas y en la sociedad es sumamente importante, significativo e influyente.
En los últimos años se han llevado a cabo ambiciosos proyectos que al día de hoy podemos decir que son todo un éxito. Hace dos años se ha creado en la escuela una biblioteca, que es la única en toda la zona. Cuenta con más de 2000 libros y concurren en promedio unos 150 niños por semana.
En este espacio, los chicos tienen la posibilidad de leer los libros que quieran y de llevarse a su casa los textos que les gusten. Además, pueden realizar actividades relacionadas con la escritura; cuentan con un proyector para ver películas; pueden tomar clases de ingles y escuchar horas de cuentos, entre tantas otras cosas.
Por otra parte, hace unos meses comenzamos con nuestro proyecto de la “Biblioteca rodante”, en el cual una vez por semana nuestra bibliotecaria reparte en bicicleta libros a todas las familias y niños que no tienen la posibilidad de acercarse a la biblioteca. No queremos que nadie se quede sin esta gran oportunidad de tener acceso a la literatura.
En los últimos tres meses entregamos 350 libros a más de 100 familias. Analizando estas cifras resulta inevitable no pensar en el efecto e impacto de esta acción sobre la población y especialmente la influencia en la educación, lectura y escritura de sus habitantes…¡¡que orgullo!!
Hasta hace apenas un año, esta aldea no contaba con una escuela secundaria. Los alumnos del nivel básico debían compartir aulas con la escuela primaria. Luego de un arduo trabajo junto a la ONG “Surf for life”, se ha construido una edificacion para el nivel básico a la cual concurren 70 alumnos diariamente.
Además, recientemente se ha construido un laboratorio con 17 nuevas computadoras para que todos los chicos tengan acceso a diferentes recursos educativos offline y, de tener suerte en el futuro, a Internet.
Podría sonar común y corriente para muchas personas. Pero aquí representa un gran logro y progreso, ubicando a nuestra escuela como modelo a seguir para muchas comunidades costeras de la zona, generando innumerables y valiosas oportunidades para los alumnos y maestros de la zona.
Como conclusión, el mejor regalo que podemos hacerle a los niños es darle la posibilidad de acceder a una educación de calidad. Debemos brindarles las herramientas para crecer, desarrollarse y convertirse en individuos capaces de convivir en sociedad. Nada mejor que realizarlo a través de medios, actividades y juegos que sean didácticos, atractivos, entretenidos y pensados especialmente para ellos.
En LCC nos comprometemos a seguir luchando y actuando para poder hacer valer este derecho y continuar realizando todos los proyectos que estén a nuestro alcance para mejorar la situación educativa de nuestra queridísima aldea de El Paredón.
Si te sientes inspirado, quieres involucrarte y apoyarnos para realizar nuestros proyectos de gran impacto en El Paredón, únete como un interno o voluntario. Actualmente estamos buscando un interno educativo para enseñar ingles y ayudarnos a manejar nuestra biblioteca comunitaria, y un interno en ventas y mercadeo que aumente nuestras ventas y nuestro perfil en el mercado internacional.
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